Dentro del proyecto PASTURE+ se están midiendo los efectos de buenas prácticas de gestión agroganadera sobre el funcionamiento del ecosistema, biodiversidad y salud del suelo. Para ello se está aplicando el protocolo EOV (Del Inglés Ecological Outcome Verification) en los diferentes contextos que abarca el proyecto: pastos adehesados, cultivos leñosos y pastos mediterráneos y pastos de montaña.

El EOV ha sido desarrollado por el Savory Institute, Ovis 21 y científicos de diversas áreas de la Universidad de Michigan, así como profesionales y gestores de tierras de todo el mundo. Se trata de una metodología práctica y basada en resultados en la que se evalúan parámetros del suelo, del paisaje y de la salud de los ecosistemas incluyendo las funciones del ciclo del agua, ciclo mineral, flujo de energía y dinámica de la comunidad.

Se aplica en sistemas agrosilvopastorales, pastizales y praderas con producciones agrícolas y ganaderas. De tal forma, que si dichas fincas presentan una tendencia positiva en los resultados del EOV son elegibles para formar parte de una lista de proveedores certificados, que demuestran que están trabajando para mejorar los ecosistemas y favorecer la regeneración de los suelos. De esta manera, el programa del Savory Institute Land to Market (L2M) conecta a consumidores, marcas y minoristas conscientes directamente con fincas que están regenerando sus tierras. El objetivo es que los productos que estén mejorando la tierra puedan tener un mayor valor añadido o un pago por los servicios ambientales generados.

En el año 2023 han comenzado los trabajos de implementación del EOV en las 36 fincas piloto que abarcan un área de 5800 ha en Extremadura, Vizcaya, Mallorca y el altiplano Granadino.

El primer paso ha sido poder contextualizar el protocolo a las ecorregiones de estudio: pastos de montaña, sureste Mediterráneo e Islas Baleares. Con expertos en la biodiversidad local y en base a áreas de referencia de la zona, se ha adaptado la matriz de evaluación con las especies clave de los diferentes grupos funcionales (árboles, arbustos, gramíneas perennes, leguminosas…), así cómo calibrado otros indicadores (% cobertura suelo desnudo, productividad o cantidad de mantillo).

Tras estos trabajos preliminares, en la primera de 2023 se comenzó el trabajo de campo. Tras definir el plan de muestreo en relación a la estratificación de la finca (tipo de vegetación, suelo, diferencias en manejo, topografía), se estableció la línea base, que consiste en una monitorización de largo plazo evaluando el índice Salud Ecológico, biodiversidad de plantas, regeneración del arbolado, salud del suelo…complementada con una monitorización a corto plazo que se repite anualmente.

Entre los resultados a nivel ambiental esperamos una mejora en el funcionamiento de los procesos del ecosistema y biodiversidad de las fincas, con un incremento en un 20% de la abundancia y riqueza de grupos funcionales de polinizadores, fauna edáfica, y vegetación; así cómo un aumento esperado del 1% anual y 0,5% anual del contenido de carbono de la vegetación y el suelo, respectivamente.